domingo, agosto 27, 2006

I

-Subí al taxi nena, los hombres te miran, te quieren tomar – le dijo empujándola hacia adentro del coche de alquiler- Sos una puta, una desvergonzada, con ese pantalón ajustado.
El taxista estaba acostumbrado a escuchar cosas como esas todo el tiempo, -“la gente está cada vez mas loca”- le decía a la Chela cada vez que volvía a la casa y se acurrucaba en la cama contra sus abundantes muslos. Esta vez, reconoció inmediatamente a la señorita que se subió a su taxi, ella era Yasmín, la “candente” estrella cumbiera del momento, y el energúmeno que la insultaba (el nunca la trataría así, no a ese bomboncito, pedazo de hembra...) su agente “La Lora Sanchez”.
- ¿Por qué me tratás así, Rogelio? (ella le decía Rogelio, no le gustaban los apodos del estilo de “La Lora”, le sonaban feo, con poca clase) -¿Que hice? Vos sos el que me dijo que no me podía andar vistiendo como una monja, que tenía de mostrarme para mis fans, que tenía que vender discos, no te entiendo Rogelio, ¿que te pasa?
-¡Vos! ¡Que sos una pendeja boluda!- (“La Lora”, veterano hombre de negocios del ambiente bailantero, sentía que se había ganado su respeto, y, parte de ese respeto consistía en que todo el mundo lo llamara por su “nombre de negocios” y que éste fuera conocido en los círculos de los “peces gordos”, por eso le molestaba hasta cansarlo que esta pendeja se le hiciera la “finoli” y lo rebajara diciéndole “Rogelio”) -¡Callate antes de que te faje!-
- Bueno, bueno “Lora”, no se exalte así, la chica es una nena (¡y que nena!), no sabe nada de la vida- interrumpió el taxista tratando de apaciguar los ánimos.
-Tu trabajo es hacer exactamente lo que yo digo, mudita y sin una queja, pendeja – continuó “La Lora“ haciendo caso omiso de las palabras del taxista – si yo digo que te pongás una bolsa de consorcio y salgás a regalar canarios a la calle lo hacés y no me rompés las pelotas con preguntas, y Rogelio nada, ¿quien sos vos para andar diciendomé Rogelio?, yo te saqué de la calle, te saqué de ese bulín de mierda adonde cantabas, a mí me tratás de usted y me decís “Lora” pendeja, ¡si no te olvidás de todo y te volvés a la choza de donde te saqué!-
Mientras “La lora perorateaba, Yasmín no paraba de coquetear con el taxista a través del espejo retrovisor... y si, era medio facilona, pero no se puede negar que el taxista se portó como un caballero... con algo había que recompensarlo.

Ella nunca se había preocupado demasiado por las apuradas y los gritos de “La Lora”, en realidad, ella nunca se había preocupado mucho por ninguna cosa... quizás fuera por el simple hecho de que nunca tuvo porqué preocuparse, puesto que nunca tuvo nada. Nada más que su atractivo y su voz.

Yasmín tenía una particularidad: vivía en su mundo, y en ese mundo no existía el miedo; y sólo existía un deseo: cantar.


2 Comments:

Blogger Fer Nando said...

Qué tal:

Parece divertido. Yo estuve participando, hace un tiempo, de esto: wikinovela.org
Quizás sería bueno este proyecto en alguna de las tantas páginas gratuitas que ofrecen crear wikis. Es mucho más interactivo.
En fin, me postulo. Nos vemos. Chaucito.

3:52 p. m.  
Blogger Alabama Worley said...

Holitas, Don ferbr1, en breve, apenas podamos juntarnos "las excelsísimas administradoras" le mandaremos la inviteishon.
Saludetes!

12:31 a. m.  

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