jueves, septiembre 14, 2006

II

Ella siguió mirando por la ventana mientras prendía un cigarrillo. Ese cigarrillo tantas veces criticado, con ese ademán tan suyo y que él había aprendido a odiar en todos esos años.
-No fumés, sabés que te queda feo, además se llena de olor toda la casa.
-Da igual no? Al fin y al cabo ya no te gusto, con o sin olor a cigarrillo. Hace tiempo que me doy cuenta de esto, hace tiempo que...
No quiso terminar porque tendría que aceptar que últimamente lo hacía a propósito, buscaba molestarlo con esas pequeñas cosas.
-María, parece que lo hacés a propósito -dijo él como adivinando- y después de todo, yo tampoco te gusto. Eso es porque estamos feos. Eso es porque vos fumás y porque a mi cada vez me importa menos- dijo él sin darse cuenta que lo que estaba diciendo no tenía sentido. Pero en el fondo lo tenía. Acaso él no hacía lo mismo? Ponerse esa camisa roñosa que ella tanto odiaba, con manchas de sudor debajo de las axilas y dejando ver en su totalidad su vientre abultado, cada vez más abultado.

Claro que estaba más vieja, más arrugada; últimamente había notado que las carnes se le empezaban a caer y no le había importado. Ya no compraba ropa ni maquillajes. ¿Desde cuándo? La sobresaltó el golpe que dio el álbum contra la mesa. Ya no quiso darse vuelta a mirarlo, ya no más, no después de haberse dicho las cosas que se dijeron.

Finalmente dijo con cierta amargura:
-Quizás estoy embarazada.

1 Comments:

Blogger Upnito en fuga said...

Se esta poniedo bueno esto!!!

5:10 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home