viernes, octubre 27, 2006

VIII

-Sabés qué?.. -dijo María al tiempo que sus yemas presionaban sus pezones por encima del delantal
- ...cuando me hablas así me calentás! ... lo haces a propósito!
La mirada de él no dejó dudas, los celos hacían que él la sedujera de la forma más cruel, la que a ella le gustaba.
Se miraron en silencio, ella con las manos en sus tetas, él sentado con el mate en la mano la miraba deseoso.

Los segundos pasaron sin mediar palabra, ella pensaba que acababa de hacer el ridículo cuando él hizo refunfuñar el último sorbo de la bombilla.

- Quiero que nos casemos de nuevo – vomitó él con una voz firme y desafiante

- Nosotros nos amamos, los dos lo sabemos, quiero que seas mi esposa otra vez.

Tan mágico momento desbordó las lágrimas de María, que lejos de corresponderle su noble pero mentiroso gesto termina de matar a la bestia..

- Las tetas… las tetas me las tocaba pensando en el Ché! GORDO CABRON!