lunes, septiembre 25, 2006

VI

Cuando él amagó levantarse y volvió a echarse en la silla, casi despatarrándose, nuevamente se escuchó el ruido de sus tripas, quejándose.
Ella entró al baño, cuando salió ya no tenía esa gesto amargo en la boca, parecía más tranquila, pero todavía se veía al fondo de sus ojos un rencor terrible, un rencor y un odio que nunca más se irían de ahí.
Agarró lo que venía en el paquete y lo llevó al living, esa cosa espantosa “nunca tuvo buen gusto”. Tropezó con la foto de sus padres en el día de su casamiento. Tan felices se los veía. Sus padres, que estuvieron juntos hasta el final, con su relación perfecta, dieron todo por sus hijos y tuvieron tan buen gusto como para morirse los dos juntos y no andar quedándose uno solo, sufriendo por el otro, en este mundo. Salteó la foto de ella en Pinamar, la que le sacó él haciéndola reír porque estaba enojada a causa del viento. Posó su mirada en otra: mamá embarazada de ella, y papá con esa cara de felicidad mientras tocaba la panza, como le gustaba decir a él: panza hinchada de felicidad, llena de bebé, llena de alegrías. Agarró la foto y mientras la miraba escuchó que él se levantaba, abría la heladera, volvía a cerrarla, abría la alacena, el cajón de los cubiertos que chirriaba, revolvió hasta encontrar un abrelatas, “mirá si lo conozco: atún con mayonesa”, escuchó que prendía el televisor, corría la silla de la cabecera, se sentó.
Dejó la foto y caminó hasta la cocina. Puso agua en la cacerola para cocinar los fideos.

“Lo odio tanto tanto...” pensó mientras se daba vuelta para decirle que no se llenara con eso, que en un rato estaba la comida. Lo vio tan patético, con esa cara de duelo, mientras le caían las migas sobre la panza manchándole más la camisa. Se empezó a reír a carcajadas, con histeria, desaforadamente.

-¿Qué?- preguntó él. Y se quedó mirándola. Cuando se le pasó el ataque de risa sintió muchas ganas de llorar.

“No voy a ceder, esta vez no, no quiero consuelos de ningún tipo. Ya está todo dicho, sabemos que nos odiamos, ya no se puede fingir más” –Nada. ¿Los querés con salsa o con crema?

-Con crema. ¿Viste que Carlos se esta divorciando de nuevo? Tres veces van ya.

-Si es un boludo, siempre te lo dije, ese no va a aprender nunca.

1 Comments:

Blogger Upnito en fuga said...

Siempre llego tarde a todos lados ultimamente :(

Yo reservo la I de la que sigue!!!!!

Esta, por cierto... esta barbara

11:44 a. m.  

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